6 ene 2011

Un argumento evolutivo contra el naturalismo VI. Plantinga

 

 

PLANTINGA:

Esta presuponiendo que sus facultades cognitivas eran fiables, que eran fiables al decirle que existe un sitio llamado MIT…, que tiene un laboratorio cognitivo…, que le examinaron allí…, que los científicos le dieron un certificado de fiabilidad, etc… Así, tal como dice Thomas Reid, el gran filósofo Thomas Reid, “Si la honestidad de un hombre fuera puesta en duda, sería ridículo tomar como referencia la palabra de ese hombre sobre si es honesto o no”. Supón que te preocupa saber si uno de tus amigos siempre dice la verdad, si realmente te preocupa eso, no vas a resolver tu preocupación preguntándole a él…¿de acuerdo? La misma absurdez habría en tratar de demostrar por cualquier tipo de razonamiento, ya sea de probabilidades o por demostración, que nuestra razón no es una falacia, ya que el tema en cuestión es precisamente, si el razonamiento puede ser fiable…” Si eso es lo que te preocupa, no puedes usar la propia razón para que te resuelva la duda….

Así pues, ¿Hay alguna manera razonable en la que, aceptando “N” y “E”, podamos abogar por “R”? Yo no lo creo. Cualquier argumento que pueda producir, tendrá premisas, y estas premisas, expone, le proporcionan buenas razones para creer en “R”. Pero, desde luego, uno tiene para esas mismas premisas, el mismo elemento de rechazo que para creer en “R”, y el mismo elemento de rechazo para la creencia en que si esas premisas son verdaderas también lo es su conclusión. Así pues, este elemento de rechazo no puede ser rechazado. También podríamos ponerlo de la siguiente manera: “cualquier argumento que uno ofrezca a favor de “R”, es circular en cierta medida… La evolución naturalista da a sus seguidores una razón para dudar que nuestras creencias sean en su mayoría verdaderas, tal vez son en su mayoría erróneas, pero entonces, no ayudaría argumentar que puedan ser erróneas ya que la misma razón de desconfiar de nuestras facultades cognitivas en general, seria razón para desconfiar también de las facultades que dan lugar a la creencia de la validez del argumento… esto es, creencia en la verdad de las premisas, y luego, creencia en la conexión entre las premisas y la conclusión.

Por tanto, el devoto de “N” y “E”, tiene un elemento de rechazo para “N” y “E”, un elemento de rechazo que no puede ser rechazado. “N” y “E”, por ello son autocontradictorios y no pueden ser aceptados racionalmente. Aquel que contemplara aceptar “N” y se viera desgarrado, digamos, entre “N” y el teísmo, debería razonar como sigue: Si aceptara “N”, tendría buenas razones (y sin elemento de rechazo) para ser agnóstico sobre “N”, así que no debería aceptarlo.

El teísta tradicional por otra parte, no tiene motivos para dudar que sea un propósito de nuestro sistema cognitivo el producir creencias verdaderas, ni ninguna razón para pensar que la probabilidad de que una creencia sea verdad, dado que es un producto de sus facultades cognitivas, sea baja o inescrutable. Puede de hecho, secundar alguna forma de evolución, pero de hacerlo, sería una forma de evolución guiada y orquestada por Dios, y, como teísta tradicional, judío, musulmán o cristiano, creerá que Dios es el Primer conocedor de todo, y ha creado a los seres humanos a Su semejanza, parte importante de lo cual supone el hecho de que nos ha dado aquello que es necesario para alcanzar conocimiento, tal como ha hecho. La conclusión a extraer es por tanto, que la conjunción de naturalismo y evolución es contradictoria, y proporciona para ella misma un elemento de rechazo que no se puede a su vez rechazar. Por ello es inaceptable e irracional. Gracias

1 comentario: